Atrás quedaron los tiempos en los que la ley española les exigía a los cónyuges que deseaban presentar una demanda de divorcio, que estuvieran previamente separados y que dieran cuenta de las razones que los habían llevado a tomar tal decisión.
Actualmente, el único requisito para divorciarse es que el matrimonio haya tenido lugar al menos tres meses atrás. Además de ello, el procedimiento puede llevarse a cabo por tres vías, siendo una de ellas extremadamente sencilla y rápida. Eso sí, para elegirla, es necesario cumplir con dos requisitos fundamentales de los que estaremos hablando a lo largo de este artículo.
Acompáñanos a descubrir las tres formas que existen en España para ponerle fin a tu matrimonio.
Los tres tipos de divorcio para ponerle fin a un matrimonio en España
Existen tres formas de terminar legalmente con un matrimonio:
- Divorcio de mutuo acuerdo
- Divorcio contencioso
- Divorcio exprés
Dependiendo de las circunstancias, es que podremos optar por uno o por otro.
Divorcio de mutuo acuerdo
Esta modalidad de divorcio es exactamente la opuesta del tan temido divorcio contencioso. Su gran ventaja sobre este último es que los cónyuges tienen la posibilidad de elegir qué ocurrirá con sus hijos, en caso de tenerlos, y con sus bienes. En otras palabras, son quienes presentan la demanda de divorcio quienes deciden cómo seguirán sus vidas en lo referente a lo que compartían mientras duró su matrimonio. Esto es precisamente todo lo contrario de lo que ocurre en el divorcio contencioso.
Si ambas partes están de acuerdo en los términos y condiciones de su divorcio, el primer paso para legalizar su separación es redactar la demanda de divorcio y el convenio regulador.
¿Esto significa que no es necesario contar con un abogado matrimonialista? En realidad, es todo lo contrario. Tomar la decisión de prescindir de un abogado especialista en divorcios puede significar una innecesaria e indeseable demora en el procedimiento. Esto se debe a que estos documentos serán minuciosamente revisados por el personal correspondiente para asegurarse de que no existen acuerdos que contradigan la ley o que perjudiquen a cualquiera de las partes involucradas. En caso de haberlos, los documentos serán rechazados para que se vuelvan a redactar de una forma tal que el resultado final se ajuste a la ley.
Por tal razón, contar con un abogado matrimonialista desde el vamos, permitirá detectar cualquier tipo de posible irregularidad y corregirla antes de que llegue a manos de los responsables de aprobar o de denegar tales pactos.
En el caso de existir hijos menores de edad, la Fiscalía pondrá especial atención al cumplimiento de sus derechos y, en caso de encontrar que se están vulnerando, el convenio deberá volver a redactarse.
Por lo tanto, un pequeño error podría duplicar los costes y el tiempo de espera para pasar a la siguiente etapa de tu vida.
Si no hay hijos menores de edad en común, el divorcio puede simplificarse notablemente, ya que solo necesitaremos contar con un notario y con un abogado especialista. Este último presenta en la notaría el convenio regulador para que el notario verifique que no exista ningún pacto que perjudique a una de las partes y, por último, se lleva el acuerdo ante el juez para su aprobación.
Divorcio contencioso
Cuando los cónyuges no logran llegar a un acuerdo antes de llegar al juez, no quedará otra opción que someterse al largo y complicado proceso del divorcio contencioso. En este caso, no hay convenio regulador, sino solamente una demanda de divorcio, la cual deberá ser presentada por una sola de las partes.
La demanda debe contener las medidas inherentes a la pensión por alimentos y la guarda y custodia de los hijos, al uso de la vivienda y a la liquidación del régimen económico de la pareja. El cónyuge que no ha presentado la demanda, cuenta con veinte días para responder la que ha presentado la otra parte. Sus opciones son dos: aceptarla o rechazarla.
El siguiente paso consiste en que ambas partes sean citadas para declarar en un juicio oral, en el cual presentarán las pruebas que respalden sus correspondientes peticiones. El juez las revisará y, en el caso de existir hijos menores de edad en común, también participará el fiscal.
La decisión final se encuentra en manos del juez.
Divorcio exprés
Si bien poner fin a un matrimonio no es un procedimiento sencillo ni mucho menos agradable, el divorcio exprés es la forma ideal de hacerlo. Sus características principales son la rapidez y la ausencia de eventos traumáticos, tan característicos en los divorcios en los que cada una de las partes tiene exigencias diferentes.
Los requisitos para optar por un divorcio exprés son: el acuerdo entre ambos cónyuges y la no existencia de hijos menores de edad en común.
Una de sus grandes ventajas es que el mismo abogado puede representar a ambas partes y presentar el convenio regulador ante el notario, quien se asegurará que todos los acuerdos cumplan con la normativa vigente.
Sea cual sea la modalidad de divorcio por la que optes, contamos con los profesionales idóneos, experimentados y empáticos, para llevar adelante la legalización de tu separación de la forma más rápida y menos traumática posible.